Lo bueno de ser artesana es que a veces te llegan peticiones que te hacen replantearte las cosas. Habituada a los tradicionales fulares y pañuelos de seda pintada, así como últimamente los abanicos de seda, cuando te llega un chico pidiendo si le puedes hacer un pañuelo según su diseño, te llena de alegría. Y si además se va satisfecho con lo hecho más aún.
El encargo era hacer un par de pañuelos de tamaño de bolsillo con el dibujo de unas pajaritas de papel para ir elegante a una boda. Y ha sido tan amable que me ha mandado una foto, con el. El segundo lo llevaba su pareja a modo de coletero coordinado.