Lo reconozco debo ser un desastre como comercial, toda la vida intentando vender mis pañuelos, soñando con ser reconocida, pero no. No sirve que los hagas con mimo, que sean pintadas a mano con todo el amor del mundo, de manera individualizada y que no haya más que media docena a lo sumo con un dibujo y composición similar. Y nada.
Cada vez descubres a mas gente que vende y aparece en revistas de prestigio que dice que vende pañuelos exclusivos y descubres que son estampados, o impresos digitalmente a unos precio que superan a los míos (y de muchas otras pintoras sobre seda). Y no entiendo nada, antes me mosqueaba y hacia entradas incendiarias, pero ya me da casi igual, estoy de liquidación y me he pasado al papel donde no espero nada, hay demasiada gente muy buena. Pero hoy en Vogue a vuelto a suceder, me entristece y tengo gañas de llorar ¿porqué?


